MITO VIII. LAS PECERAS DE BOLA TORTURAN A LOS PECES

Nos encontramos ante uno de los mitos clásicos de la Acuariofilia, aquel que por diversas razones, asegura que las peceras esféricas suponen una absoluta tortura para los peces.

Lo primero que tenemos que tener en cuenta es un argumento que, si bien puede parecer muy simplista, es de un innegable peso: nadie ha podido entrevistar a un pez para saber qué tal lo está pasando en cuanto a comodidad. Por tanto, las afirmaciones que contiene este artículo, están basadas en estimaciones que se apoyan en Ciencia y observación.

Como segunda premisa, queremos dejar claro que nuestra tienda no ha vendido ni una sola pecera esférica desde su inauguración en 2017. Es difícil venderlas, cuando no las tienes. No obstante, eso no significa que demonicemos este tipo de urna. Diremos cuales son nuestras razones, al final de este artículo. Antes, pasemos a comentar los principales argumentos que se esgrimen contra el uso de estas clásicas peceras:

1) Los peces ven el mundo deformado por culpa del cristal curvado: son numerosos los vídeos en los que podemos ver a personas acercando cámaras al frontal de una pecera esférica, y grabando lo que son auténticas aberraciones morfológicas y cromáticas, asumiendo que los peces que hay dentro, ven exactamente lo mismo, todo el tiempo en su lamentable existencia, hasta morir enloquecidos. Esto, simple y llanamente, es falso. La razón de tales deformaciones es el “efecto lupa” que provoca la pecera vista desde fuera y llena de agua, al comportarse la luz que llega a nuestros ojos de la misma manera que al pasar a través de una lente convergente.

Fig.1 – Efecto lupa.

El efecto de aumento y distorsión es de hecho mucho mayor al mirar a través de una pecera esférica llena de agua, puesto que los cristales tienen mayor diámetro y curvatura que los de una lupa normal como la que vemos en la Fig.1.

Fig.2 – Incluso, una simple gota esférica de agua, que obviamente carece de cristales, ya provoca el efecto de lente convergente.

De hecho, uno de los clásicos del bricolaje es la fabricación de lupas de agua, por medio de plásticos circulares curvos contrapuestos (extraídos por ejemplo de la parte superior de una botella), que son pegados y sellados con silicona tras inyectar agua en el espacio interior resultante. ¿Nos resulta esto familiar?

Fig.3 – Pecera esférica.

Sin embargo, cuando miramos desde dentro de la pecera, usando por ejemplo una cámara sumergible, el resultado es muy diferente: la imagen de los objetos externos prácticamente no sufre distorsión, porque desaparece el efecto lupa.

2) El volumen es insuficiente: a primera vista esta afirmación resulta incontestable, pero a poco que pensemos, no lo es. Por nuestra parte, descartamos aquellos minúsculos envases que se presentan como peceras, pero parecen más bien portavelas. Las peceras que admiten algún tipo de vida piscícola, no deberían ser inferiores en ningún caso a 2 litros (para invertebrados), aunque será mucho mejor disponer de 5 litros en adelante (para pequeños peces o laberíntidos). En todo caso, un pequeño volumen no es un problema, siempre y cuando se trabaje en proporción al espacio que se tiene, al igual que hay que hacer en cualquier nanoacuario cúbico o rectangular.

3) No es posible tener filtración: esta deducción se sustenta en dos factores principales. Por un lado, el ínfimo volumen disponible de agua, que haría que un filtro provocase unas corrientes insoportables para los habitantes de la pecera; por otro lado, la propia forma curva del cristal impediría colocar un filtro correctamente. Ante esto hay que decir que, efectivamente es difícil encontrar (aunque los hay) filtros aptos para peceras esféricas, que consisten principalmente en suaves filtros de cascada. No obstante, el error (todo un clásico también) viene al asociar mentalmente las palabras “filtración” y “filtro”, que no son ni mucho menos lo mismo, como ya hemos explicado en otros artículos.

Si queremos crear un verdadero ecosistema en una pequeña esfera, nuestras principales aliadas pueden ser las plantas, grandes consumidoras de amonio que convierten casi en irrelevante la filtración bacteriana mediante nitrificación (también se dará de manera natural, pero a menor escala), siempre que se añada una población de peces o invertebrados acorde al volumen de agua y masa vegetal disponible. Seguir la norma estimativa de 80% plantas y 20% peces/invertebrados, es una buena idea, aunque dada la dificultad de expresar en porcentajes un asunto como este, lo mejor es quedarnos con la idea clara de que debe haber una gran cantidad de plantas y muy pocos animales.

Fig.4 – Muchos peces desearían vivir en este “infierno”. Observa su creación completa en el siguiente enlace: https://youtu.be/j6bhgN_CQSc

4) No se oxigenan bien: normalmente se llega a esta conclusión, debido a la reducida superficie de contacto que tiene el agua con la atmósfera, lo cual minimiza el intercambio gaseoso. Sin embargo, realizando los debidos cambios de agua y manteniendo la pecera con muchas plantas como vimos en el anterior punto, se solventa totalmente este problema.

5) Las limpiezas son muy invasivas, frecuentes, y estresantes para los peces: nuevamente, se llega a este tipo de aseveración partiendo de un prejuicio, que no es otro que pensar en una pecera sobrepoblada, sin plantas, donde los peces se extraen frecuentemente para realizar lavados del recipiente. Sin embargo, existen diversas estrategias de mantener limpias las peceras esféricas, siempre que partamos de una base correcta en cuanto a número y tipo de habitantes, así como de presencia de plantas. Dichas estrategias incluyen aspirado de grava con pequeños sifones, cambios parciales de agua, presencia de invertebrados alguívoros y carroñeros, así como la utilización de bacterias para degradación de detritus. Si nos vemos obligados a sacar a los peces, es porque estamos haciendo algo muy mal.

CONCLUSIÓN: ENTONCES, ¿POR QUÉ NO LAS VENDEMOS?

Una vez ha quedado claro que las peceras esféricas son un tipo de urna más, que no daña de forma directa a los peces, toca aclarar el por qué no hemos tenido nunca este producto en nuestras estanterías. La razón es clara: es una pecera en la que estimamos que entrará uno o más peces goldfish en un 99% de casos. La pecera de bola tiene el estigma de estar asociada irremisiblemente a carpines de agua fría, que dependiendo de sus dueños, malviven mejor o peor. Al comienzo de este artículo dijimos que nadie ha podido entrevistar a los peces, pero en este caso, cualquiera puede medir los niveles de amonio y nitrito en peceras de bola que contienen goldfish, y la evidencia científica es tajante y concluyente a la hora de asegurar el perjuicio que estos compuestos químicos suponen para la salud de estos seres.

Por más que se lleve haciendo décadas, esta pecera no es para este pez. Por supuesto, somos conscientes de que algunos o muchos de los carpines que salen de la tienda, terminan irremisiblemente hacinados en peceras compradas en otro lugar, del mismo modo que somos conscientes de que hemos perdido, no numerosas, sino numerosísimas ventas (de pecera, peces, y productos asociados) por no tener la bendita esfera, un producto que además de resultarnos muy barato, tendría un rendimiento comercial más que óptimo. Nosotros preferimos quedarnos con el tercer caso, que no es otro que los clientes que, una vez reciben el baño de realidad (la cual normalmente desconocen), optan por rediseñar su idea inicial, y adquieren un pequeño acuario con filtración y con otro tipo de peces.

Con este artículo no pretendemos dar una clase de ética a nadie, sino encontrar como siempre un punto de coherencia, desmontando falsedades y afianzando aquello que consideramos certezas demostradas.

MITO VIII. LAS PECERAS DE BOLA TORTURAN A LOS PECES

6 pensamientos en “MITO VIII. LAS PECERAS DE BOLA TORTURAN A LOS PECES

  • 26/07/2020 a las 14:46
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    Muy bien explicado. Aplaudo la vuelta al blog.
    A ver si puedes hacer una entrada sobre plantas de acuario.

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  • 30/09/2020 a las 18:08
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    Y …¿ si han mirado a sus peces ,no solo de frente sino viendo en ángulo en una pecera plana? ¿De verdad creen que no existe distorsión allí? Me encanta este hobby pero pocos con peceras de caras planas considera esto o prefiere ignorar la situación.

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  • 21/02/2022 a las 13:13
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    Las bolitas de silicona de colores son perjudiciales para las peces?

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  • 11/05/2024 a las 19:48
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    Muy interesante el articulo.
    Yo tuve a mi pez Indalecio viviendo siempre en una pecera redonda y sin filtro. Quizás por desconocimiento o por una cuestion de estética. Aun así lo cuidé. Le cambiaba una vez a la semana el agua o cada dos. Como vosotros habeis dicho no se puede entrevistar a un pez, pero se le veía feliz y cómodo. Se dice que un pez en una pecera no vive más de un año. No sé si fue un milagro, o que él era un pez fuerte o mis ganas de cuidarlo, o las tres cosas. Pero Indalecio vivió 9 años. Falleció ayer a la mañana. Y aunque no haya una gran interacción os aseguro que despues de tantos años ha dejado un vacío.

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    • 28/09/2024 a las 09:48
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      Judit, muchas gracias por tu comentario. Hay multitud de detalles que influyen en que un pez sobreviva en una pequeña pecera (ponemos énfasis en la palabra “sobreviva”, porque eso es justamente lo que hace). Lo primero, evidentemente, es la fortaleza del propio pez. Algunas especies son conocidas por su robustez, pero al final todo se acaba reduciendo a la fortaleza del individuo que te ha tocado, así como de su historia previa hasta llegar a tu pecera (crianza, manipulación, viajes, etc.). Otro factor clave es el tipo y cantidad de comida que se le suministra, lo cual llega a ser a veces un factor más crítico que la propia limpieza que hacemos de la pecera y del agua. Si se le da al pez lo que come en medio minuto o un minuto, es probable que le tengamos con nosotros unos años. Si sobrealimentamos (que es lo que calculamos que ocurre en el 95% de peceras, si nos permites lanzar una estimación) probablemente el pez nos dejará antes. También es un hecho que, una vez superada la edad más temprana, cuando el pez ya tiene más de 3 años aproximadamente, su sistema inmune y capacidad de resistir un medio degradado, es muy superior. Si no existen muchas fuentes de estrés, también ayuda a su resistencia. Y otros tantos detalles que seguro que se nos escapan.

      Te aseguramos que son muchos más los casos en los que un pequeño goldfish muere prematuramente en una pecera de bola, que los casos como el tuyo. Y siéndote completamente sinceros, 9 años es una cantidad de años, que si bien supera generosamente la media de esperanza de vida de estos peces en pequeñas peceras, no es ni mucho menos algo insólito para un pez cuya esperanza de vida puede ir más allá de los 20 años, registrándose casos en los que ha llegado a superar los 30. Evidentemente, hablamos de casos en los que se les mantiene en grandes acuarios o estanques. No por ello vamos a decir que hiciste un mal trabajo, al contrario, te felicitamos por querer a tu animal y hacerlo lo mejor que supiste. Como se suele decir, “algo bueno tuviste que hacer” para que viviese 9 años, y seguramente no fue algo, sino mucho. Lo que sí queremos es volver a recordar que un pez vivo no significa un pez en óptimas condiciones, y queremos poner nuestro granito de arena para que desterremos la costumbre de mantener a estos increíbles peces en pequeñas peceras. Los que se han animado a tenerlos en grandes tanques, saben de lo que hablamos cuando decimos que son peces fascinantes. Su único “pecado” ha sido ser el primer pez ornamental que se crió en cautividad hace ya milenios, lo cual provoca que exista una oferta absolutamente desproporcionada en el mercado, y haya que venderlos como cacahuetes. Gracias de nuevo por tu comentario, y enhorabuena por tener tantos años contigo a Indalecio.

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  • 25/05/2025 a las 03:53
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    Estaba buscando infornación sobre la pecera esférica por un texto que recordé haber leído en “Cosmos” de Carl Sagan o enla “Introducción a las Ciencias Físicas” de Isaac Asimov por una novela que estoy escribiendo. Me causó mucha gracia el que no tengan la entrevista de ningún pez, pero bueno, es muy humano querer interactuar con un pez conversando con el. Seguramente los peces quisieran invitarlos a mover el hocico con un efecto-forma ventosa, cada tanto, para meterse agua y sacar el oxígeno para respirar. Este verdadero enigma para los amantes de los peces… me corrijo. Este enigma para los aficionados a los peces se soluciona fácilmente fusionando un a esfera a un acuario con forma de paralelepípedo tradicional, imagino que deben haber formas mas sofisticadas. Este sistema, ojalá con un cilindro como portal astaral – agujero de gusano submarino para que el pez pueda nadar libremente entre ambos mundos, demostraría si hay alguna predilección por uno de ellos o es indistinto y depende mas de lo que realmente importa a cualquier pez que se precie de tal. Por favor si me pueden ayudar con alguna normativa de fuente verificable que sugiera no utilizar peceras esféricas para estos especímenes. lo agradeceré. Salud…os desde el sur del mundo.

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